Por tratarse de una enfermedad potencialmente cegadora, el diagnóstico de Glaucoma puede generar estados de ansiedad y depresión en los pacientes.
Es posible que como paciente busque una segunda y hasta tercera opinión. Una vez confirmado el diagnóstico, infórmese con su especialista del grado de daño del nervio óptico, ya que de esto depende la rigurosidad del tratamiento y seguimiento. Su médico le explicará las distintas modalidades para tratarlo y la frecuencia de los controles.
Debe tener en cuenta, que su EPS cubre distintas clases de tratamiento (medicamentos, Láser o Cirugías), pero es de suma importancia que cumpla con las recomendaciones dadas por el especialista en cuanto a aplicación de gotas, realización de exámenes y controles, y los hábitos de vida que debe llevar.
Si el glaucoma es descubierto en fases iniciales, el tratamiento deberá ser menos agresivo que si se descubre en fases muy avanzadas, donde peligra su visión. En este último caso el médico podría indicarle manejo inicial con Cirugía o Láser, para tratar de frenar el daño del nervio óptico que pueda llevar a la pérdida de la visión.
Recuerde: el único factor modificable para reducir el riesgo de progresión de la enfermedad, es la presión intraocular, y esta puede ser controlada con medicamentos, tratamientos Láser, cirugía o una combinación de las tres modalidades, pero, aun así, ninguna de ellas garantiza la preservación de la visión. Sin embargo, mientras usted siga el tratamiento y las recomendaciones del médico de forma estricta, mas oportunidad tiene de mantener su visión y su calidad de vida.
Finalmente, Usted se convertirá en el puente entre familiares y conocidos para generar conciencia de la enfermedad y así motivarles a hacer chequeo periódicamente y disminuir los casos de ceguera por Glaucoma.
Artículo escrito por la Dr. Álvaro Rafael Pérez Md Oftalmólogo-Glaucomatólogo,
Centro de Glaucoma.
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