El glaucoma traumático es cualquier glaucoma causado por una lesión directa en el ojo. Este tipo de glaucoma puede ocurrir de forma inmediata después de una lesión en el ojo o años después de la misma.
Son factores de riesgo para desarrollar glaucoma luego de un trauma, la intensidad del golpe, la penetrancia al interior del ojo (por tijera, clavo, piedra, etc..), la presencia de condiciones prexistentes que hacen que el ojo sea mas vulnerable como la miopía, la prexistencia de lesiones o cirugías previas, y las complicaciones derivadas de cirugías previas o del trauma mismo, tales con infecciones o inflamaciones severas.
En el traumatismo cerrado no penetrante, como por ejemplo un pelotazo o un puño, el daño se da como resultado de una lesión inmediata al mecanismo de drenaje del ojo, produciendo un aumento de la presión que puede aparecer inmediatamente o al cabo de años del trauma. Son frecuentes en los deportes como beisbol, boxeo, squash, paintball y tenis. Cuando se produce este tipo de traumatismo, se ocasiona un desgarro en la estructura interna del drenaje del ojo llamada trabéculo, y dependiendo de la magnitud del trauma, el drenaje dejara de funcionar parcial o completamente. Adicionalmente y por el trauma, el ojo presenta sangrado interno y éste va a obstruir también el drenaje interno, aumentando la severidad del problema. El manejo inicial es siempre con medicamentos y en casos severos se debe llevar a cirugía para drenar una hemorragia severa o para bajar la presión.
Cuando se produce un traumatismo, se produce un desgarro en la estructura interna del drenaje
del ojo llamada trabéculo y dependiendo de la magnitud dejara de funcional parcial o completamente. Adicionalmente y por el trauma el ojo presenta sangrado interno y este va a obstruir también el drenaje interno aumentando la severidad del problema.
El manejo inicial es siempre con medicamentos y en casos severos se debe llevar a cirugía para
drenar una hemorragia severa o para bajar la presión.
En muchos casos de traumas leves o moderados el aumento de la presión ocular es transitorio y se logra controlar con medicamentos. Sin embargo, en el tiempo, el daño puede continuar lentamente y mas adelante producir de nuevo hipertensión ocular. Es muy importante seguir consultando periódicamente cada año para detectar este aumento.
Cuando el trauma es penetrante la lesión suele ser más grave y estar asociada con más frecuencia a hemorragias, infecciones o inflamaciones, que suelen ser agudas, pero también se pueden volver crónicas.